El pescado en el pescado

 Cada pescadito nadando tiene dentro su espina. Y mira que en general todos son lindos, pero transparentes. Y el huesito es picudo y raspa  muy feo el alma, cualquier cosa que ella sea. De qué estoy hablando? de las noches, en las que siempre se le sale el líquido pegajoso y agridulce a los peces que nadan por mi vida. A veces el pescado es nuevo y al que se le sale el veneno es a uno antiguo, de esos que nadan en el cerebro y uno pareciera que ya ni toma en cuenta. O lo que pasa es que a un pescado nuevo le sale la cadena con el del pasado y se van jalando unos a los otros haciendo nudos y enredos y confundiéndolo todo. Es increíble lo claros que salen los pescados muy usados pero antiguos en los sueños. Se les ve la cara y la actitud muy fresca y como recién vivida. Yo casi siempre les aclaro cosas mientras los tengo de regreso en mi vida onírica. Antier fue un pez gordo aunque mi padre fue muy delgado siempre, apareció porque aparentemente durante el día no recordé que cumplía ocho años de haber muerto en un accidente en la carretera. Lo recordé en la tarde en una comida familiar donde les conté a los míos que él me dijo que cuando visitó las Cataratas del Niágara se le rodaron las lágrimas una tras otra sin que alcanzara a pensar, sólo estaba conmovido y callado. Cuando lo conté no «sabía» por que lloraba al decirlo, nada de ocho años atrás ni nada. Pero por la noche se apareció en el cuerpo joven de una chica, sonriente y sin sufrir percances ni caer encima de un árbol y romperse todito como pasó aquél día aciago. El pescadito fresco de la comida familiar, mas la fecha y el amor sonsacaron al pescado enredado en mis axones y cilindroejes. Así funcionamos. 

Se acercó al centro ** *

Se imaginó que era posible, por un momento se lo creyó. Dejó trepar el deseo desde la entraña a la cabeza y de regreso. Se atrevió a mirar con ojos de deseo las cosas de alrededor. Quiso caminar el mundo, atrapar olores, buscar las calles.

Patinar sin hielo, una solución viable ** **

Solamente necesitamos patines encima de los zapatos. Mirar fijamente lo que debemos barrer, descentrar, dejar atrás, hacer como que no existe. Luego lo ponemos en el suelo, lo volvemos liso como una fotografía, le ponemos cera encima. Entonces patinamos encima del asunto, persona, cosa, sitio o historia.

Sigue las instrurcciones ** **

apoya fuertemente la barbilla en los puños , recargando los codos en una mesa
		y eso, ¿para qué?
	¡qué lata contigo, quieres saberlo todo!

Chico viajando en verde *** ***

Abrió la puerta, y vió gente dentro. Quiso abrir la boca para saludar y sintió pegada la parte de atrás de la lengua al paladar. La sequedad de la garganta no le permitió mas que abrir un poco mas los ojos. Bajó la mirada, se tocó la cartera en la bolsa del jean. Casi quiso retractarse de entrar, pero sintió que era tarde, que lo habían visto. Levantó la vista temiendo tener la mirada perdida y desenfocada. A lo lejos, lejísimos, oyó murmullos. Pensó en la estrategia No. 26, que es saludar rápidamente y meterse a su habitación como topo. Y así lo hizo, pero no fue tan sencillo, como pasa siempre: su hermana le empezó a reclamar por una plancha, hazme el chingado favor. El contestó despacio, porque primero procesó el pedido de la hermana, luego quiso saber si era solo por joder la cosa o iba en serio, después intentó ubicar en su mente el concepto plancha, luego ideó que decir, elucubró si era bueno armar bronca o ser cortés, y al final dijo: «no tengo ni la mas puta idea» y se escabulló. Entró a su barraca, un poco apestosa por el encierro, cáscaras de plátano en un rincón, calcetines, cama revuelta. Se sentó desconcertado, tenía que procesar el embrollo con su sister. Le pegó el hambre de golpe directo en la barriga, la taquicardia en el corazón, la resequedad en la nariz, la dificultad de respirar en el bronquio. Mecánicamente bajó el cierre del pantalón y se empezó a masturbar….

Gris e interesantísimo *****

¡Qué personalidad tan gris tiene ese hombre!, te dicen. No sabes cómo interpretarlo pues lo ves rosado y regordete. Resulta que la idea es que es soso y poco llamativo, anodino, cotidiano, previsible, poca cosa.

Y si te fijas bien, el gris combina con todos los otros colores, les da un lugar preponderante y brilloso, es discreto, pulcro, aterciopelado. Nunca está de sobra y es elegante.

En realidad es la mesura, la verdad completa: ni blanco ni negro, sino la mezcla perfecta de la realidad bien ponderada, en la que hay de todo. No lo sabes pero el gris es la licuadora del mundo, el condensado de sabiduría. Yo que tú, dejaba de desdeñarlo.

Al chile *** ****

Dicen por ahí que el chile aumenta el goce de la vida con su sabor penetrante. Los chiles tienen sus grandes variaciones: pueden ser anchos, verdes, picantes, secos, pequeños, grandes, rojos, sosos. Vienen en diferentes colores y texturas y se usan de muy diversas maneras. A veces constituyen el platillo principal de una coMida. Dicen que en otros países también hay chiles y que también son de variadas clases, los hay muy secos, frágiles, arrugados, esbeltos y fuertes. Con el tiempo los chiles van cambiando, me han comentado que se arrugan, pierden brillo y a veces ya no tienen esa fuerza erguida de los chiles mas frescos. Algunas personas (hombres y mujeres) me han informado que en todas sus variedades suelen dar gusto. Ciertas personas no gustan del picante, y se pierden de este gran alimento, y hasta dicen ser mas felices sin él. Un consejo: cuidado con las semillitas del chile, que en algunas ocasiones provocan ciertos trastornos que inflaman muchísimo el vientre. Coma chile con cuidado, porque si no está bien lavado provoca infecciones a veces muy serias, tanto que atenta a la vida o deja escoriaciones varias que duran años enteros. Así, siempre con precaución, use el chile a discreción.
P:D: Si tiene una matita en su casa u oficina que tiene un chile muy seco, dele a beber una infusión hecha con una medicina que venden en las farmacias que se llama Viagra o algo así y se compone por un rato.

Instructivo sencillo para aprender a ponerse zapatos ****

Instrucciones para ponerse zapatos
1. Asegúrese de no tener otros zapatos puestos. 2. Ponga los zapatos con la punta apuntando hacia el horizonte en el piso. 3. Observe el par, ratifique que sean pareja. Si es payaso puede optar por ponerse zapatos diferentes. 4. Analice hacia donde apuntan los extremos del zapato, y haga un ejercicio de meditación para entender qué zapato corresponde a qué pie. 5. Decida si quiere ponerse los zapatos sobre el pie desnudo, unas medias, o calcetines, y haga lo correspondiente para preparar ambos pies. 6. Si tiene mal sentido del equilibrio o está medicado o dopado siéntese antes del punto 7. Si tiene buena postura corporal puede omitir esta recomendación. 7. Levante un poco el pie derecho hasta que lo tenga a la vista, y la planta del mismo no esté recargada en el piso. 8. Tome el zapato que usted razonó que corresponde a ese pie, encoja un poco los dedos de los pies, respire profundo y trate de meterlos por el orificio del zapato, sin olvidar que la punta del mismo debe mirar en todo momento hacia el frente de usted. 9. Haga ajustes con los dedos si es necesario hasta lograr que el talón del zapato cubra el talón del pie. (En algunos casos los zapatos no tienen talonera, si es así, omita este punto). 10. Realice el mismo procedimiento (puntos 7, 8 y 9) pero con el pie izquierdo. 11. Si los zapatos tienen lazos, cordones, o agujetas, busque el instructivo No. 426 llamado: «Instructivo para amarrar agujetas y otras cosas». 12. Ahora camine: si siente comodidad probablemente se colocó bien los zapatos. Si los zapatos son de tacón alto, aunque sienta una incomodidad infernal, probablemente están bien puestos. 13. Si ambos pies calzados se ven extremadamente diferentes, seguramente se colocó zapatos de pares diferentes. 14. Si solamente tiene un pie, omita el punto anterior. 15. Si no tiene ambos pies, omita los puntos 1 al 14.

Cualquier duda, favor de mandar el tamaño del pie, la talla del zapato, describir bien el problema encontrado, y mandar foto digital. Las respuestas tardan de dos a tres días hábiles. dudas@aversitelascontesto.com

de ser a no ser ** ***

Siempre me sucede solamente si estoy realmente distraída, en esos raros momentos donde la vida me regala la posibilidad de ser y no ser al mismo tiempo. Es cuando nadie me vigila, al menos que me dé cuenta, y no tengo que llegar pronto a ningún sitio o hacerme cargo de algún detalle que sucede. Entonces, evidentemente es rara la ocasión propicia.

Esta vez fue que me cancelaron unas horas del proyecto en el que estaba metida hasta las orejas, que me pude distraer. Decir «pude» es explicarlo muy mal, es algo que me «sale», que es mejor palabra, porque implica no estar enclavada en el piso sino en los aires.

Me senté en la silla a la manera esa de cuando nadie nos mira, y que todos conocemos: inflé la barriga a mi aire, abrí las piernas colgadas del asiento y aventadas en el suelo de manera holgada. Tocaba un poco mi cuerpo tratando de liberarlo de cualquier atadura de la ropa, balbuceaba quién sabe qué cosas.

Luego no necesité el cuerpo para respirar, ni alas para volar, tampoco piernas para sostenerme, me sobraron los huesos y las vísceras. Me sentí sin nuca, sin pecho, sin ojo y sin días. Sin orejas, ni piel, ni tiempo ni prisa. No había aire, ni música contenedora, ni habitación, ni nombre, mucho menos apellido.

Mis ojos se volvieron uñas, mis cabellos brisa, las uñas ojos y la brisa cabello. Fui un algodonoso paquete de vuelos porosos, inasibles, tal vez del color de las fresas partidas. Los espacios abiertos me llenaron de universo, me esparcieron por todos lados y por ninguno.

Recordé que mi mayor placer es no ser, en lugar de ser.

Abre la boca y a darle (¿pornografía?) ** ***

entrar al cuartito ya con ánimo de hacerlo. buscar con cuidado cual es el objetillo peludo que le pertenece a uno (sí, equivocarse es un asco). encontrar el contenedor de materias blancas que puede estar en diferentes niveles de apachurramiento y mal estado, con partes secas en la punta o tal. embadurnar un poco el artefacto mechudo (no están los tiempos para desperdiciar nada). hacerse de fuerza para abrir (ahhaaahh) y meter el palito con cuidado para raspar las piezas, uno, dos, dos, dos, como nos dijeron (arriba, abajo, atrás, adelante). cuidado con la lengua que se queda atorada, cuidado con el picor que a veces sobreviene, los olores que suben a las fosas nasales, los malos pensamientos, los deseos que emergen al dejarnos ir en el sobamiento, arriba, abajo, arriba, abajo, y muy bien por detrás, ah! que rico. cuidado con alguna arcada de vómito si el aparato entra demasiado adentro, que entre, pero que no se pase de listo. claro, lo sabes mejor que yo: hay que enjuagarse con agua limpia, y luego tal vez hasta ponerse algún desinfectante, hay tantas bacterias….